domingo, julio 19, 2015

CARTA DE UN FUNCIONARIO AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO

Señor Presidente del Gobierno
Mi nombre es Enrique P. Mesa García y soy funcionario del cuerpo de Profesores de Secundaria.
Me he enterado por la prensa que está usted pensando en devolvernos a los funcionarios la paga extra que nos sustrajo y además en subirnos el sueldo. Curiosamente, bueno usted y yo tenemos estudios y sabemos que esto es una figura retórica, esta decisión ocurre justo antes de las elecciones. Pero como usted no es un populista sino un oligarca no mezclaré  temas.

Señor Presidente del Gobierno,
lo que deseo aclararle en primer lugar es que si bien estaría encantado en recuperar mi legítima posesión puede usted guardarse su botín. Lo llamo botín porque llamarlo ahorro hubiera implicado que su gobierno lo hubiera empleado en un uso social justo pero solo recuerdo que hay un 40% más de ricos y que la renta media, y observe que no pongo “sin embargo”, ha vuelto a los niveles de 1998. Efectivamente, ha sido un botín.

Señor Presidente del Gobierno,
puede que usted está acostumbrado a tratar con gente cuya máxima es el beneficio individual pero esta vez se ha equivocado. Ahora, sin duda, usted espera una charla desde mi dignidad personal y mi excelsa moralidad: pero ahí también se equivoca. Porque Señor Presidente del Gobierno, usted y yo tenemos la misma dignidad personal e incluso la misma dignidad moral -aunque créame que con ello no estoy afirmando nada necesariamente elogioso-. Así que le aseguro que el asunto no es personal.

Señor Presidente del Gobierno,
yo soy un profesional y soy funcionario. Ser funcionario puede parecer, y permítame el lenguaje, un chollo: muchísimas ventajas y casi ningún inconveniente. De hecho, no le mentiré, conozco funcionarios basura. Pero ser funcionario en democracia debe ser la más noble tarea social que se puede tener: damos fe de un estado que es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Todos los trabajos tienen una dignidad, sin duda, pero ser funcionario es algo más que un trabajo: es un ejercicio de y para la democracia.

Señor Presidente del Gobierno,
usted está intentando comprarme. Es ingenuo pensar que no me gustaría recibir en mi cuenta bancaria un aumento salarial o la paga extra que me sustrajo –verá que fino hablo- pero ya le he señalado que no escribo aquí desde lo personal, podemos discutir en otro momento mi precio, sino desde algo que está más allá de la mera subjetividad. Este algo que está más allá es mi condición de funcionario de un Estado democrático que me impide aceptar su limosna por creer que lo que los ciudadanos deben tener no es un estado caritativo y subsidiario con funcionarios satisfechos y comprados sino un estado social y democrático de derecho.

Señor Presidente del Gobierno,
tal vez usted se sonría al oír eso de estado social y democrático de derecho. Cuando yo llegué a mi cargo, que fíjese que tampoco es muy alto pues sólo soy profesor, prometí defender al estado y a la Constitución como ley fundamental. Y no sé si le suena que ésta, en su artículo primero, dice que España se constituye como un estado social y democrático de derecho.

Señor Presidente del Gobierno,
usted considera, al negociar para devolverme un dinero particular, que lo que usted me ha robado es un sueldo, una mera retribución económica. Sin entrar aquí en disquisiciones filosóficas sobre el trabajo asalariado, me gustaría señalar algo. La única forma que tiene usted de devolverme lo que me ha quitado es que su gobierno deje de dirigir este país y que cese el Proceso de Precarización que ustedes han llevado a cabo reduciendo drásticamente los derechos sociales y políticos de la población española. Usted me robó la paga extra, permítame la figura retórica, y su gobierno me ha robado los derechos sociales y políticos, a veces hablo sin retórica. Quédese con lo primero si le place, pero no pretenda que no le exija lo segundo.

Señor Presidente del Gobierno,
ustedes, y cuando digo ustedes me refiero al gobierno del Partido Popular, han incumplido sistemáticamente el mandato constitucional de defender a España como un estado social y democrático de derecho y mi obligación como funcionario es recordárselo. Por todo ello le exijo que si quiere devolver aquello que nos ha robado vuelva a situar los derechos políticos y sociales como una realidad en este país. Como para ello considero que va a resultar indispensable que ustedes pierdan de forma abrumadora las elecciones próximas solo puedo coherentemente desear no volver a verle nunca como Presidente del Gobierno.

Señor Presidente del Gobierno,
espero que a partir de noviembre nunca tenga más, ni a usted ni a ningún representante de este Partido Popular, que volver a llamarle Presidente del Gobierno. Pero si desgraciadamente ustedes vuelven a gobernar yo seguiré siendo profesor. Y no lo dude: cada día cumpliré con mi obligación de funcionario al explicar a mis alumnos que España debe ser un estado social y democrático de derecho y educarles para que trabajen por ello. Y con ello, al defender la Constitución y educarles lo haré necesariamente contra su proyecto de precarización.

Señor Presidente del Gobierno,
ya le digo que no es algo personal; sólo es mi trabajo.

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