domingo, enero 11, 2015

EL PP Y PODEMOS

1.- Comencemos nuestra historia con una vuelta al pasado. En las elecciones autonómicas de 2009 ocurre un hecho muy interesante. Es un hecho doble y que sucede en dos lugares distintos: Extremadura y Andalucía.
En Andalucía se da un clásico de la política española: el PP no gana por mayoría absoluta lo que permite gobernar al PSOE con el apoyo de Izquierda Unida.
Pero el hecho más interesante para nuestro análisis sucede en Extremadura. El PP tampoco gana por mayoría absoluta y sin embargo va poder acceder al gobierno pues la Izquierda Unida extremeña se niega a pactar con el PSOE.
De este hecho sin duda el Partido Popular saca una lección. Sí se consigue crear una izquierda que no pacte con el PSOE, la derecha no necesitará mayoría absoluta para gobernar. No se trata, por supuesto, de creer que se van a inventar un nuevo partido sino de algo más sutil. Si surge la oportunidad, hay que apoyar la creación de un nuevo partido de izquierdas que rompa con la tendencia clásica del pactismo que hasta ahora han demostrado Izquierda Unida y el PSOE. Hay que crear una izquierda con apariencia radical pero lo principal es que no pacte.

2.- Algo después de estos hechos, y a partir de los movimientos de los autodenominados indignados, surge un nuevo grupo que va a resultar la semilla de lo que hoy en día conocemos como PODEMOS.

3.- Curiosamente, este grupo empieza a adquirir relevancia social a través de su presencia en las televisiones privadas, los malvados y capitalistas medios de manipulación, en concreto y especialmente en La Sexta –aunque también Cuatro-.
Un excurso para entender todo esto. La Sexta es una cadena de televisión que surge bajo el amparo del gobierno de Zapatero para eliminar la influencia que el Grupo Prisa tenía sobre el PSOE. La idea de Zapatero era crear un nuevo grupo de comunicación que fuera afín a sus intereses y que le permitiera marcar distancia con el que hasta ahora había sido el grupo de apoyo del partido socialista. Cuando esta jugada sale mal, cuando todo el zapaterismo estalla como la pompa de jabón que era, el grupo de La Sexta comprende que el PSOE va a seguir apoyándose en el grupo del fallecido Polanco y no a buscar aventuras. Así, La Sexta se vuelve huérfana y busca una forma de presión que le permita resultar si no imprescindible sí al menos importante en el futuro reparto de las comunicación.

4.- Así, ya tenemos los elementos fundamentales que van a permitir el triunfo social de PODEMOS. No se trata, como podría creerse, de una teoría de la conspiración en la cual defendamos que este partido es fruto por un lado del PP y por otro de la cadena de televisión de La Sexta. Lejos de eso, somos conscientes de que los dirigentes de PODEMOS son seguramente sinceros en su simplicidad. Pero, no cabe duda de que en la historia de la transición española han surgido muchos grupos parecidos en sus ideas –las que tenían hasta otoño, no las nuevas- y ninguno de ellos ha contado con tanta atención ni de los medios ni en la respuesta de los políticos. El silencio es la mejor respuesta cuando algo se quiere hacer pasar desapercibido y sobre PODEMOS no ha habido silencio sino gritos.

5.- Pero todo este análisis resultaría también falso sin analizar el objeto en sí. No basta solo, efectivamente, con estudiar el contexto para comprender la realidad sino que hay que también pensar sobre lo concreto. Realmente qué se esconde detrás de PODEMOS para que no haya sido silenciado.
Y tratándose de un partido político parece que resultaría evidente dirigirnos a su programa y analizando sus ideas poder conocerlo. Sin embargo, seguramente tampoco únicamente en este caso, el análisis de las ideas de PODEMOS es prácticamente irrelevante para conocer el objeto. Efectivamente, bastaría comparar el programa electoral con el que se presentaron a las europeas y las nuevas ideas que acuñan para darse cuenta de que la fidelidad ideológica de este partido resulta, diciéndole en términos posmodernos que a ellos les serán sin duda muy queridos, frágil. PODEMOS carece de ideología concreta. Pero, esta  levedad posmoderna no debe sin embargo resultarnos extraña. Zapatero fue, sin duda, su máximo su precursor: la ausencia de ideas no refleja una mente vacía necesariamente sino la posibilidad de llenar una estantería en el supermercado con los productos más a la moda.

6.- Pero, al igual que a Zapatero nunca se le caía de la boca la palabra libertad, PODEMOS tiene un punto fundamental en su discurso. Sí en El Corte Inglés la idea básica que recorre toda la comercialización es la confianza del cliente, si no queda satisfecho le devolvemos su dinero, y en Coca Cola es la chispa de la vida, en PODEMOS la clave está en el empleo del término casta. Efectivamente, todo lo que ocurre en este país según el análisis de PODEMOS es producido por la existencia de la casta.

7.- La casta. En realidad, ninguno de los dirigentes de PODEMOS ha dado una definición que nos permita al resto de los mortales y no expertos comprender exactamente y de forma rigurosa qué es la casta. La casta es un término sin definición y este es su éxito dentro de lo que podemos –nota: cuando me pongo irónico me pongo irónico- llamar marketing político. Al no existir la definición, casta es usado como forma de descalificación política al albur de los intereses partidistas concretos. Nadie sabe qué es la casta en concreto pero todo el mundo es capaz de descalificar al otro como casta. En la Edad Media se hacía así con las brujas.
De esta forma, la idea fuerza de PODEMOS no son sus propuestas sociales o económicas, cambiantes cada día, sino un solo lema simple y elemental: casta. Y ahora es cuando podemos, obsérvese de nuevo la feliz ironía, cerrar el círculo.

8.- La idea fuerza de PODEMOS, su lema recogevotos, implica necesariamente el sentimiento anticasta. Esto conlleva su imposibilidad de pactar con el PSOE pues perdería el único punto que realmente aglutina a su electorado ya que éste considera al partido socialista como esa misma casta que se ha criticado. Así, las alianzas postelectorales del partido de Pablo iglesias están reducidas a aquellos pequeños partidos que nunca han participado en el poder y no pueden ser calificados de casta, dos condiciones distintas, lo que viene a significar, en auténticos términos políticos, un salvoconducto para el gobierno del Partido Popular. El electorado de PODEMOS podrá perdonarle a este que permanentemente esté traicionando sus posiciones sociales y económicas, porque su electorado tampoco las tiene, pero lo que nunca le perdonaría es, como buenos indignados, transigir en el repudio ante la casta. El discurso político así no es importante sino que lo importante es lo moral. O mejor dicho, lo pseudomoral: la indignación.

9.- Pero, ¿entonces qué gana PODEMOS, qué gana el PP y, también, qué gana La Sexta?

PODEMOS busca el poder. Alguien podría preguntarse ¿pero PODEMOS con esta negativa al pacto no se estaría cerrando la propia posibilidad de gobernar? Y aquí radica el error de base. La estrategia de PODEMOS es generar un ambiente absoluto de indignación en el cual lo menos importante sea discutir la solución al problema socioeconómico español sino un ambiente de linchamiento moral, lo contrario a la moral, en el cual el ánimo de venganza y resentimiento se imponga sobre el raciocinio político. PODEMOS sabe que no podrá conseguir el poder en estas primeras elecciones y por ello dejaría gobernar al Partido Popular para aumentar ese clima de indignación y su extensión entre la clase media depauperada, y los jóvenes universitarios que básicamente ya se veían como la futura casta –la ironía me puede- y que ahora tienen sus sueños truncados, pensando con ello aumentar su voto para la siguiente votación.

Y, paradójicamente, por eso mismo el Partido Popular es el primer interesado en el auge de PODEMOS. Efectivamente y por dos razones.
Conocedor de que el número de votantes de PODEMOS se va a estabilizar pronto y dejará de subir quedándose en un tanto por ciento que les va impedir gobernar, PODEMOS sin embargo va hacer el papel de la izquierda unida extremeña. Gracias a ellos el Partido Popular, la derecha que ha roto el pacto social marcado por la constitución que determinaba este país como un estado social y democrático de derecho, podrá seguir gobernando otros cuatro años. Extremadura, y perdón a los extremeños, toma España.
Y, segundo, mientras tanto y durante esa legislatura creará una campaña de terror ante los “radicales” que buscará calar en su electorado, no necesitado ya la mayoría absoluta, para mantener, ya ni tan siquiera superar pues no le es necesario, su voto. Efectivamente, al PP ya le valdrá con mantener un tanto por cierto suficiente para ser el partido más votado pues la izquierda anticasta ha llegado para facilitarles el poder.

¿Y La Sexta? Un círculo efectivamente no está cerrado si todos sus puntos no equidistan del centro. El juego de La Sexta, y en menor medida del grupo Telecinco pero parecido, es sin duda el más astuto. La Sexta se ha constituido como el medio de comunicación de PODEMOS. Su idea es hacer un doble juego: por un lado, si PODEMOS llegara al poder La Sexta saldría ampliamente favorecida; por otro, en el caso de gobernar el PP, La Sexta siempre podría hacer el juego a la oposición al tiempo que la controla jugando así a dos bandas –como ya ha hecho, por ejemplo, con el aviso a Pablo Iglesias en la entrevista de Ana Pastor recordándole quién manda y qué no es tan listo-. Así, La Sexta, y siguiendo su juego se une Cuatro, apoyan y controlan, de acuerdo a PODEMOS y de acuerdo al PP. Y siempre ganan.

10.- Julio Anguita, tantas veces ridiculizado, tenía un lema político racional: programa, programa y programa. La idea, adulta, era que se pactaría de acuerdo a unos contenidos políticos concretos.
PODEMOS, sin embargo, tiene un lema sencillo: casta. Y siempre el otro es casta, aunque ellos trabajen en un sitio tan alejado de las influencias y oligarquías como la universidad.

y 11.- Los niños en el patio se ponen a hacer un equipo de fútbol y siempre hay alguno que dice: yo contigo no juego que me caes mal. Bueno, son niños pensamos. Pero nunca creímos que llegaran a hacer partidos políticos.

3 comentarios:

Don Güapo dijo...

Yo creo que el análisis es sólo parcialmente acertado.

PODEMOS es la consecuencia política de la inadaptación de parte de la sociedad española a la nueva globalización.

No es un fenómeno único español. Todos los países tiene algo similar. Diferentes en el envase, propugnan lo mismo: vuelta a la soberanía nacional, cuestionamiento del Euro, bancaculpismo, germanofobia, recetas económicas imposibles (se llama contraintuitividad), rusofilia aunque por Putin no por Rusia (véase las manifestaciones de Iglesias a la SER sobre las consecuencia de las sanciones a Rusia por el conflicto de Ucrania sin saber que Putin es el primer contribuyente a las arcas del FN francés de Le Pen), populismo, arengas, etc.

Parte de las capas sociales que han visto "igualadas" sus condiciones a la nueva clase media emergente, perdiendo con ello el plus monopolístico que detentaban cuando éstas se encontraban prisioneras de regímenes totalitarios, o no podían desarrollarse porque la tecnología no había alcanzado el umbral mínimo para sobrepasar las fronteras que en forma de aranceles, trabas, impuestos y demás, imponía el mundo occidental, son las que forman sus votantes.

A partir de ahí, el juego político no desentona de lo habitual, es decir, al convertirse en un actor más, se encuentran sometidos al juego de poder especialmente de los medios los cuales, a su vez "se hacen valer" frente al poder. Nada nuevo.

Quizá la duda que plantea la irrupción del populismo en política radica en saber la capacidad real que tendría de modificar la situación en caso de triunfar. En mi opinión creo que ese es el debate y creo que las posibilidades de modificar la realidad, tal y como plantean, son tendentes a cero, pues el coste es inasumible en términos comparativos a no hacerlo. Desconectar del mundo global no es posible, salvo que te quieras quedar con las estanterías vacías, aunque esto no lo entiendan muchos. A la postre, como hemos visto en Escocia y vimos en Quebec, las decisiones de los sujetos racionales se guían por la sensatez, y si no es así, los elegidos ya se encargan (como hizo con éxito FG) de hacerlo.

Tsipras será Lula? Apostemos.

PD: Hablando de la globalización: 2014, el mejor año de la historia de la humanidad?

http://blogs.spectator.co.uk/fraser-nelson/2014/12/why-2015-will-probably-be-the-best-year-in-human-history/

Anónimo dijo...

¿Se puede llamar "media" a esa "nueva clase media emergente" de la que habla?

Javier Castañeda dijo...

En general estoy de acuerdo con el análisis, pero no tengo tan claro el punto nueve. Yo creo que Podemos tiene un problema que no veo que pueda resolver. Podemos como producto de la indignación, no puede saber si es fruto de un día o ha venido a quedarse. Si la economía mejora, como está destinado a hacer ¿qué ocurrirá con Podemos? No digo que desaparezca, pero sí que su tope lo alcanzaría estas elecciones que vienen. Por lo tanto no creo que pueda arriesgarse a dejar pasar esta oportunidad. Por eso yo creo que Pablo Iglesias actúa como un jugador de mus, a un órdago: no vamos a pactar, todos los demás partidos son enemigos... Es decir, necesitamos todos y cada uno de los votos para poder gobernar. Para mí no es más que una estrategía para acaparar todo el voto útil de la izquierda, de los indignados e incluso indecisos. Es un órdago a la grande y si le sale pues gobernará.
Por otro lado, Podemos al situar al PP como único enemigo (despreciando al PSOE), para mí termina arrogándose el papel del PSOE y por tanto ocupando su lugar en el centro-izquierda. Si quieres leer un análisis más detallado de este tema, así como el problema de la Realpolitik y la Nueva política, te recomiendo leer este artículo mío sobre la política del enemigo de Carl Schmitt:
http://www.lahabitacionchinadejavi.com/miscelanea/filosofia/la-nueva-politica-vs-la-realpolitik-es-posible-una-politica-de-la-amistad/
y, por cierto, todavía tengo pendiente escribirte un comentario al artículo sobre Nuevo Capitalismo: Dominación y Explotación. Aunque no sé si esperar a que escribas los demás;)