lunes, noviembre 12, 2012

MOTIVOS DE OTRA HUELGA


EL próximo día 14 de noviembre está convocada una huelga general. La pregunta es entonces evidente: ¿debemos o no hacer huelga? Obsérvese que la pregunta tiene un verbo determinado: deber. Es decir, no nos planteamos ya solo si hay que hacer huelga o no sino algo más. Efectivamente, nuestra pregunta es si debemos hacerla y nos habla de un compromiso que va más allá del interés.

Si nuestro análisis es cierto -bueceeno, lo es- estamos asistiendo a la precarización del sur de Europa y con ella de España. Desde este blog, como ya hemos señalado antes, defendemos que existe un proceso de precarización: la conversión del sur europeo, y tal vez del mundo, siguiendo el modelo chino (modelo BRIC). Este proceso no es una necesidad propia del desarrollo del capitalismo, lo que es muy importante de saber para poder actuar contra él, sino una acción de la oligarquía que busca con ello aumentar aún más su ganancia a costa de la depauperación socioeconómica de la mayoría de la población y de la pérdida de derechos. Así este proceso implica un cambio absoluto en el modelo social vigente del mundo desarrollado y con ello de España.

En España, en concreto, esto implica un nuevo modelo constituyente pues una parte fundamental del proceso de la transición -hoy tan denostado y como atestiguan los pactos de la Moncloa, el estatuto de los trabajadores o el propio artículo primero o el 128 de la constitución- estuvo fundado en ese modelo de bienestar social –que resultó siempre menor que el europeo, por cierto-. Así lo que está haciendo el actual gobierno, y que ya inició el anterior, es cambiar ese proceso constituyente bajo el mandato de la oligarquía social. Efectivamente, mientras los autoproclamados izquierdistas claman por hacer una nueva constitución, la oligarquía política y económica ya la está haciendo. El nuevo proceso constituyente, que comenzó con el artículo constitucional sobre el déficit pactado por el PP y el PSOE y ha continuado con todas las reformas y recortes, implica un nuevo marco de relación entre el estado y los ciudadanos. En la constitución original de 1978, surgida de la transición, la relación era de soberanía por parte de los ciudadanos y de garantía de derechos por parte del estado. Sin embargo, el nuevo proceso de la oligarquía implica una depauperación doble: los ciudadanos pierden soberanía y el estado se convierte en subsidiario.

Efectivamente, toda la política de Rajoy y del PP no es sino eliminar el estado social y democrático de derecho en aras de un nuevo estado al total servicio de la oligarquía y de su proyecto de precarización. Por eso, porque no se trata del enfrentamiento entre dos opciones de política económica sino entre dos configuraciones del estado y de la sociedad, esta huelga es tan importante. Se quiere imponer un nuevo modelo social y político sin pasar por la soberanía popular ya desterrada. Así, todo este proceso de cambio social y político no ha sido legitimado ni a través de su presencia en un programa electoral ni tampoco en un referéndum que se pueda considerar constituyente: el nuevo modelo, que niega al anterior que sí fue legitimado por elecciones y referendos, se impone a la población.

Por eso evidentemente y como no podía ser de otra forma, esta huelga es política. Pero lo es en un sentido distinto, mucho más noble, que la acción electoral. Nosotros, los huelguistas, no pretendemos imponernos a la fuerza sino mantener el único proceso constituyente actualmente legítimo que hay y defender la soberanía popular y nuestro modelo de convivencia como un estado social y democrático de derecho. El gobierno, sin embargo, rompe el modelo no solo en lo social, la precarización económica, sino también en lo político, con la pérdida de derechos y la reducción de la democracia. Puede que no haya nunca buenos absolutos pero demasiadas veces está claro quienes son los peores.

Hay un discurso indispensable. Lo hizo Abraham Lincoln tras la batalla de Gettysburg y apenas duró dos minutos. En él se responde a nuestro deber sobre la huelga ¿Por qué hacer huelga? No es solo porque me hayan quitado la paga extra o me suban impuestos. Es por algo más. Nuestra tarea el próximo día 14 es menos épica, menos arriesgada que una batalla. Sin embargo, en ambos lugares luchamos por lo mismo. Y esto por lo que luchamos es simple: para que un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca de la tierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los peces que se han quedado sin agua, van a la huelga convocada por los que han vaciado la pecera.

¿No sería más util, para los peces, volverla a llenar?

Un Oyente de Federico