martes, febrero 28, 2012

SOBRE LOS OSCARS (de este año)

Ha ganado The artist. Ha perdido El árbol de la vida.
No se puede dudar de algo. Hay muchas películas mudas mejores que The artist.
No se puede dudar de algo. Hay pocas películas
sonoras,
mudas,
en color,
en blanco y negro,
americanas,
europeas,
mundiales,
y de cualquier otra condición,
tan aburridas y pretenciosas como El árbol de la vida. Según decían sus exégetas (¿se dice así?) no podían ser un film popular: demasiada profundidad. Se sobreentiende entonces que solo para los más cultos y sensibles. Yo, lo reconozco, no lo soy. Para mí, qué simple, no hay peor crítica a una película que el que sea aburrida. Y la película de Malick supera, ahí sí, esa dimensión situándose al mismo nivel de Torrente (otro rollo insufrible).

Y otra cosa más. Resulta asombroso que en una ceremonia de ese país tan paleto como es EEUU, a decir de sus críticos, pueda ganar el premio una película francesa. Es más, que el oscar no se dé al mejor filme estadounidense, sino al mejor en habla inglesa. Venga de donde venga. Son pueblerinos, sin duda y aún deben aprender de nosotros.

miércoles, febrero 22, 2012

LA DELEGADA DEL GOBIERNO Y SU INUTILIDAD

Independientemente de la opinión que se tenga sobre lo ocurrido en los incidentes de Valencia, y la opinión esperamos darla en breve porque es importante reflexionar sobre ella con calma, la intervención policial ha sido un auténtico desastre. Si la policía antidisturbios, como su nombre no técnico indica porque el técnico es una ñoñería, está para impedir disturbios no tiene explicación que intervenga y genere más disturbios de los que había antes. Es decir, si una intervención policial ocasiona más caos que el que pretendía controlar es, se mire como se mire, un fracaso. Como si los bomberos intervienen y acrecientan el incendio.

Entonces hay dos posibilidades. O bien, los policías allí presentes intervinieron mal por propia iniciativa, con lo cual la delegada del gobierno y el jefe de esa policía deben inmediatamente depurar responsabilidades; o bien, intervinieron cumpliendo órdenes superiores con lo cual los que las dictaron deben responder. Si es la primera opción, la delegada del gobierno es una inútil porque habiendo ocurrido eso aún no ha tomado ninguna medida. Si es la segunda, más probable, es una inútil porque es la responsable de una operación policial desastrosa.

Es decir: es una inútil absoluta.

Y así, independientemente de todas las demás cosas, y ñoñas exageraciones, la delegada del gobierno debe dimitir. Y si no lo hace, ser cesada. Porque, somos enemigos, de eso sí, de que los inútiles sigan combrando cuantiosos sueldos.


lunes, febrero 20, 2012

REFORMA LABORAL Y PRECARIZACIÓN EUROPEA

Nota: pedimos disculpas de antemano por autocitarnos, pero eso nos permite descargar el artículo de una parte argumental que consideramos importante. Aún así, creemos que el artículo puede entenderse sin necesidad de visitar los vínculos.

Una hipótesis básica de trabajo en este blog es la siguiente: el capitalismo ya no es explotación del trabajo sino explotación de la vida humana convertida en producción. Así, resumiendo mucho, pero pueden ustedes verlo si les interesa desarrollado en el blog, el nuevo capitalismo no explota solo el trabajo como producción, que también, sino la vida completa como producción económica a la que al trabajo se añade el ocio como consumo. Por tanto, y volviendo a resumir, el capitalismo ya no necesita solo proletarios sino también consumidores: ya no solo hay una parte productiva en la vida sino que la vida como tal es económicamente productiva. En esto, fundamentalmente, consiste la globalización.

Pero, la globalización lleva aparejada también una situación nueva en la economía general con la aparición de los llamados países emergentes. Centrémonos en tres solo: Brasil, India y China. Suman un total, aproximado, de 2800 millones de habitantes. Son muchos, pero, tranquilos, la mayoría son pobres -encima, graciosillo-. Ahora bien, imaginen una situación en la cual un 20% de esa población, una oligarquía y una clase media no excesiva en cuanto a población, adquiere un nivel socioeconómico determinado que les permita producir y consumir. La explotación total añadiría unos 600 millones de personas nuevas: buena globalización. Sepan que la Unión Europea tiene 500 millones: si se sustituye toda se ganan 100 millones, si solo en parte, muchos más.

¿Y esto qué tiene que ver con la reforma laboral del PP? Enseguida vamos, pero para entender algo tenemos que seguir.

Esta nueva aparición de una población para explotar absolutamente, en trabajo y consumo, implica que la economía nacional haya dejado de tener sentido y se sustituya no por una internacional sino por una global -no es lo mismo- como necesidad del nuevo capitalismo. Y de esto aún no se ha enterado la autoproclamada izquierda, pero la derecha y la oligarquía social lo han entendido completamente.

La oligarquía, así, ha diseñado su plan. Ya señalábamos en nuestra serie (1y 2) sobre el pacto del euro cuál era la nueva planificación europea: dividir entre una Europa próspera, con absoluta explotación de sus habitantes, y otra precarizada y solo explotada en su trabajo, sustituida con creces en el consumo por ese 20 % de los países emergentes. Y este plan no responde a una necesidad del capitalismo como sistema sino a un interés concreto de la propia oligarquía europea. Y ahí se enmarca, como parte de ese mismo plan, la reforma laboral española.

Y hacemos un alto: ¿vamos a hablar cuando citamos a la oligarquía de lucha de clases y explotación de clases? Ya hemos señalado en este blog (1 y 2) que el capitalismo, a diferencia del resto de los sistemas económicos, no funciona de acuerdo a explotadores y explotados, sino que todos son explotados. Pero, eso no quiere decir que no haya intereses ligados a la posición social que se ocupe y al grupo al que se pertenezca por esa misma posición. Es decir, como sistema el capitalismo ya no se estructura desde una explotación de clase pero eso no implica que desaparezcan los conflictos e intereses de los grupos sociales. Efectivamente, el capitalismo como sistema precisa que la población sea explotada absolutamente y ello, a su vez, implica necesariamente una mejora susceptible de la renta para esa misma explotación. Y es ahí donde el capitalismo choca con el interés de rapiña de la oligarquía: esta concibe a corto plazo que se puede sustituir ahora esa explotación absoluta por una meramente laboral en ciertas zonas europeas y conseguir así más ingresos para su grupo social específico pues hay un nuevo colectivo en los países emergentes, que además tendría una parecida visión social, que asumiría ese consumo. Y sus intereses de rapiña, como es este caso, tienen importantes repercusiones políticas.

Volvemos al tema y la tesis del artículo aparece: la reforma laboral responde a los intereses de rapiña de la oligarquía que implica la precarización y empobrecimiento de una parte de Europa y con ella de España. Pongamos las pruebas.

En primer lugar, la reforma laboral no está pensada ni tiene como prioridad crear empleo sino facilitar el despido. Resulta patético que en un país con más de cinco millones de parados aún se arguya la dificultad de despedir. De hecho, el propio Rajoy y sus ministros han defendido que la reforma no generará puestos de trabajo. Además, ninguna de las medidas buscan incentivar la contratación sino, al contrario, abaratar el despido ya sea individual ya colectivamente, el gran chollo, con los ERE.

En segundo lugar, la preocupación del gobierno no ha sido la explicación a España sino a Europa. El primer anuncio del presidente Rajoy fue en Europa e igual ocurrió con Guindos, ministro de economía. El objetivo era anunciar que la colonia cumplía las condiciones de su nuevo papel marcado en Europa a través del Pacto del Euro: precarizar. Rajoy acusó una vez a Zapatero, con razón, de haber hecho de España un protectorado al permitir que otros dictaran la política nacional. Ahora, Rajoy ni necesita que se la dicten: como buen funcionario de provincias ya cumple él solo.

En tercer lugar, interesa la creación de una mentalidad social determinada. Aquí, en doble vía. Por un lado, la desaparición de la escena social de los sindicatos. Efectivamente, no seré yo quien defienda a los sindicatos actuales pero el tema es distinto: la idea es la desaparición de toda y cualquier organización sindical, es decir, de la defensa organizada de los asalariados. Mientras la oligarquía se organiza nacional e internacionalmente, de forma privada y a través de organismos públicos, los asalariados se desorganizan al atomizarse: ahí es donde se incluye la práctica derogación de los convenios. Y con la atomización surge la segunda realidad: el mantenimiento del status quo a través de la extensión del miedo social. Por primera vez el discurso ya no es el progreso de las condiciones de vida sino su conservación. La gente entra en una fase en la que el miedo vuelve a formar parte de la socialización. El temor a quedar en paro implica aceptar las condiciones de quien puede contratar. La oligarquía manda.

Y en cuarto lugar, destaca algo importante: con la desaparición de la economía nacional aparece la desaparición de facto de la democracia. Y por dos motivos de nuevo. Primero, porque el gobierno prometió en campaña electoral no subir impuestos y no abaratar el despido. Lo primero que ha hecho ha sido subir impuestos y abaratar el despido. Así, las campañas electorales -recordemos a Zapatero explicando que no había crisis- se han convertido en una mentira institucionalizada. Y el segundo, porque la desaparición de la economía nacional implica la pérdida del gobierno y la política nacional -y, por cierto, incluyendo la paleta de la boina nacionalista-. Organismos que nadie ha elegido intervienen y eligen las políticas económicas nacionales independientemente del gobierno elegido y sus promesas electorales. Los ciudadanos no son ya la soberanía.

La reforma laboral española no es más que un nuevo triunfo de la oligarquía para conseguir aún más privilegios. Mientras tanto, la izquierda duerme entre el paleto espíritu nacionalista y el ñoño espíritu de la moneda social. Y el grabado de Goya, tan mal interpretado, sigue vigente: El sueño de la razón produce monstruos.

sábado, febrero 18, 2012

VIDA INTERIOR/92: CARNAVAL Y ARCO (uy, cuánta transgresión) 2012

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz



Transgrediendo la identidad (o renovando el dni)

lunes, febrero 13, 2012

UN PROGRAMA DE IZQUIERDAS/1

Yo sí, a diferencia de la mayoría de los profesores de filosofía que la apoyan, doy Educación para la Ciudadanía: y no sé qué hacer. Que todos somos iguales y todos diferentes se agota pronto. Así que en mi afán por sobrevivir he decidido mandar un trabajo. El trabajo tienen que hacerlo en grupo y a su vez de forma individual, y esto no es una cuestión menor, y trata sobre un tema fascinante: cómo debería ser el instituto. Para ello -y en una serie de temas: materias que cursar, horario, si debe haber exámenes o no ...- deben analizar tres cosas distintas: cómo es realmente el instituto, como les gustaría que fuera y, oh sorpresa, como debería ser de acuerdo a la realidad. Porque cómo debe ser algo de acuerdo a la realidad no es lo mismo que cómo me gustaría que fuera.

Algunos lectores -algunos de los pocos que tengo- se quejan de que en este blog se critica mucho y se propone poco. Puede ser cierto. Sin embargo, no conviene olvidar que la crítica implica un proyecto: al menos dejar claro qué no queremos y explicar el motivo. Y algo más: diferenciarnos en el motivo de nuestra negativa de otros que tal vez también estén en contra de eso. Pero, por otra causa.

Sin embargo, eso tampoco nos salva el tipo. Porque una vez señalado qué no queremos se nos podría exigir explicar qué queremos. Mas, otra vez, con cuidado. ¿Con cuidado de qué?

Comencemos con una diferencia importante. Para nosotros filosofía y política no son lo mismo. La política nos habla de trabajar desde la realidad, la filosofía de pensar sobre la realidad. Una política impracticable es un adorno, una filosofía con pretensiones prácticas inmediatas es una censura del pensamiento. Así, en esta serie de artículos titulados Un programa político de izquierdas, nosotros nos dedicaremos a la política práctica y en otros artículos a la filosofía -que es lo que además nos gusta y lo que consideramos, curiosamente, más importante-. Pero también es ingenuo creer en nítidas fronteras entre una cosa, la filosofía, y otra, la política. Y otra vez, cuidado. Cualquiera que lea este blog verá que su autor se autoproclama, eso es gratis, como marxista. Sería lo suyo, pues, que al presentar un programa político fuera anticapitalista y muy, pero que muy, revolucionario. Pero no, y de hecho por marxismo -bueno, por nuestro análisis de la realidad, nos da igual lo que dijera Marx aunque lo diré: qué listo era y qué gran filósofo-. Si se quiere hacer una política real no se puede presentar un programa, vamos a llamarlo, revolucionario. Y entre otras razones porque ahora no existen condiciones para intentar superar el sistema capitalista. Por eso, un programa político aplicable debe ser un programa con posibilidad actual: aquí nadie juega a pequeño Lenin -lo diré también: qué listo era y qué terriblemente totalitario-. Es muy fácil ir por la vida de anticapitalista soñador. Sin embargo, ese no puede ser el camino de una izquierda política. Porque para soñar hay que dormir y la derecha siempre está despierta.

¿Y cuál sería entonces el camino? Una izquierda política debe tener como característica fundamental no la ñoña utopía sino un programa posible de realizar en y con la situación actual. Pero tampoco solo eso sino que la realización de dicho programa implique, así de simple, mejoras sobre lo actual para la mayoría de la población. Y no solo del país concreto, sino también a nivel mundial. Es decir, un programa de izquierdas plantea su concepto más allá de su estado nacional e incluso, oh sorpresa, de su traje folklórico: porque eso es, también, la respuesta al problema de la globalización. Y la única posible en las circunstancias actuales. O sea, y para decirlo en plan claro: no se puede ser catalanista, o españolista, y de izquierdas.

Así, un programa político de izquierdas debe ser realizable, debe mejorar la vida de la población y no puede circunscribirse a lo estatal, menos aún a lo paleto, sino que debe contar con la humanidad como colectivo. Y por ello, no podrá ser moralmente relativista: un programa de izquierdas defenderá los derechos humanos como principios básicos de acción. Y como principio básico de su práctica.

¿Y los contenidos? Un programa político de izquierdas debe tener no ideas genéricas, sino directrices de actuación claras: no todo es izquierdas. Pero, al tiempo, debe ser general porque lo que aquí pretendemos no es un programa electoral sino un programa político: es decir una identidad mínima común de qué es, y qué debe ser, la izquierda política. Y así, en esta serie trataremos los temas fundamentales que creemos deben identificar un pensamiento político de izquierdas.

¿Pretencioso? Sin duda. Todo este blog, para qué engañarnos, lo es. Y todo el pensamiento lo es también porque exige más a la realidad. Esa es, precisamente, la diferencia entre derechas e izquierdas. La derecha alaba a la realidad, la izquierda la exige ser otra cosa. Nosotros vamos a exigirla.

jueves, febrero 09, 2012

A PRIORI

Yo tampoco sé si a priori va junto o separado. Pero sí sé que los indignados de Acampada en Sol, que son muy indignados y rebeldes, ya han convocado para mañana una concentración contra la reforma laboral. La reforma laboral se presenta mañana.

Sin duda la comisión de la espiritualidad que se formó durante el 15-M en la Puerta del Sol ha dejado sus frutos. No sé si por quiromancia, cartomancia, posos del té u otra forma análoga. Antes de leerla, ya se manifiestan.

A la próxima hay que hacer una comisión de racionalidad con su lema: nada se critica sin conocerlo.

miércoles, febrero 08, 2012

HAMLET, acto III, escena III.

Hamlet es una obra imprescindible: por eso, tal vez, un alumno puede acabar la educación obligatoria sin conocerla. Shakespeare es, sin duda, el mayor escritor de todos los tiempos. Pero no solo por escribir bien sino por algo más: porque nos comprende. O tal vez, seamos nosotros quienes imitemos a sus personajes. Hay una escena en Hamlet imprescindible en una obra imprescindible. Hamlet contempla al rey pidiendo perdón por sus pecados en una ocasión única para matarlo. Sin embargo, el protagonista frena su ira pues comprende que asesinar ahora al hombre que mató a su padre sería un error: iría al cielo. Shakespeare nos enseñó a odiar con sentido.

¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?, se preguntó doña Patricia Flores Cerdán, viceconsejera de asistencia sanitaria de la Comunidad de Madrid y del gobierno Aguirre, hace más de una semana. Yo también estuve a punto de insultarla inmediatamente, pero la pregunta no es tan tonta. ¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema? Pues es, en realidad, una buena pregunta.

La semana pasada explicaba en las clases de 4º de ESO la diferencia entra la moral como un hecho social y la ética como reflexión personal y filosófica. ¿La diferencia?, aunque todos la saben lo cuento, que me gusta. La diferencia estriba en que la moral, en el primer significado, es social y no precisa reflexión personal: la moral surge de inmediato y ese es su peligro. Sin embargo, la ética precisa de argumentación: hay que explicar y desarrollar el hecho de que creamos que algo está bien o mal.

¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema? Analicemos despacio la frase.

En primer lugar la frase es falsa: el sistema no sale gratis. Todos y cada uno de los españoles, por impuestos directos o indirectos, pagamos religiosamente nuestro seguro sanitario. Porque la seguridad social no es una obra de caridad del estado, ni tan siquiera del gobierno Aguirre, sino un derecho ganado por el pago previo. Y mucho pago previo con el que, por cierto, estamos de acuerdo. No lo olviden, de cada cosa que compran, así tan simple, una parte va para financiar su sanidad: no se la regalan. Por tanto, muy pocos viven gratis del sistema. Tal vez, las monjas de clausura.

Pero, es cierto, no vivir gratis del sistema no implica, necesariamente, que uno se pague todos sus tratamientos. Depende, en la mayoría de las ocasiones, de la suerte. Por ahora, yo mismo creo ser muy rentable al sistema; tal vez luego, a largo plazo con suerte o a corto sin ella, no. Y entonces empiece sin duda, a vivir sin pagar del sistema: tendré tratamientos que no he pagado directamente. Es lo que podríamos denominar como riesgos de un seguro. Gratis, sin embargo, no es.

Pero hay, también, algo más. Porque lo que en realidad está preguntándose doña Patricia Flores Cerdán es otra cosa.
¿Tiene valor económico una vida humana? ¿Cuánto vale una vida humana? Esa es la pregunta de doña Patricia. Y es una buena pregunta porque ya señala una idea detrás. Efectivamente, doña Patricia considera, de ahí que se cuestione esto, que una vida humana sí tiene precio y por eso un enfermo crónico debe tener un límite de gasto. ¿Cuál? Aquí doña Patricia nos falla: no responde.

Tengo entendido que las aseguradoras tienen un catálogo de precios por miembros: a tanto un brazo, a tanto una pierna. Parece algo práctico y no creo que se deba criticar de primeras. ¿Pero cuánto vale una vida completa? Tal vez podamos ayudar a doña Patricia.

¿Cuánto vale la vida de doña Patricia Flores? No he podido ver su currículo, pero no creo que sea extraordinario. Igual es como el mediocre de la consejera de educación: menos sin duda que el mío. Así que su vida vale menos que la mía. ¿Tiene sentido que doña Patricia Flores viva entonces gratis del sistema algún día? ¿Que viva más días que yo del sistema? ¿Para qué? Creo que en un ejemplo de honradez doña Patricia Flores debería hacer público cuánto ha pagado a la seguridad social para que cuando lo gaste no le demos más servicio. Que muera en paz con la economía.

Resumo, ¿tiene sentido que una viceconsejera -es que no es ni consejera en el gobierno Aguirre con lo bajo curricularmente que está el puesto, qué ridículo- viva gratis del sistema?

Los hermanos Marx siguen siendo imprescindibles. En una escena de Una noche en Casablanca, hablo de memoria, Chico y Harpo se ofrecen para proteger la vida de Groucho al módico precio de 50 centavos por día. Y Groucho, indignado, se gira y contesta: mi vida no vale tanto.


domingo, febrero 05, 2012

CULTURA (¿para qué?)

¿Sirve de algo ir leyendo un libro en el metro si luego se es incapaz de levantarse para ceder el asiento a alguien que lo necesita?

miércoles, febrero 01, 2012

(ñoños) LAICISTAS Y (supersticiosos) RELIGIOSOS

No seré yo quien lamente la desaparición de una materia tan ridícula como Educación para la ciudadanía del panorama escolar. Siempre estuve (1y 2) en contra. Ahora bien si es porque la materia adoctrina, ¿cuándo sale el ministro a contarnos que eliminan religión?