domingo, junio 12, 2011

BILDU Y LA MEMORIA HISTÓRICA/1



El concejal del PP D. Carlos García quiere votar aquello por lo que sus votantes le han elegido en Elorrio, un pueblo de Vizcaya. Los de Bildu, antiguos amigos de los etarras y ahora por razones estratégicas -de esto más pronto- separados un poquito de ellos, le increpan, coaccionan y abuchean para que no lo haga. Luego, los nuevos demócratas se niegan a condenar nada: hemos vuelto a la normalidad vasca.
Ya no hace falta allí la memoria histórica: es, otra vez, el presente.

2 comentarios:

Joselu dijo...

Era una decisión muy difícil la del Tribunal Constitucional en la que entraban en juego valores como las libertades. Hay un sector de la ciudadanía vasca que sigue a Bildu. ¿Qué podemos hacer? Ellos se pusieron durante las deliberaciones la piel de cordero, pero el lobo es fiel a sí mismo, como hemos visto en Elorrio. La trampa era evidente, pero supieron jugar sus piezas. Durante todo este proceso me pregunté por qué ETA no condenaba la iniciativa de Bildu que a su vez rechazaba la violencia, la razón de ser de ETA. Las razones son evidentes ahora (y antes también).

Saludos.

Don Ricardo dijo...

Pues yo debo de haber entendido mal algo, porque he visto el video que usted enlaza, y no sale en él otra cosa que política parlamentaria, tal y como explica el propio concejal popular al final del video: ha retirado su candidatura y con su voto ha contribuido a conformar una mayoría política de gobierno que es la que le parece correcta. ¿Qué hay de raro en eso? ¿Qué es lo que no le han permitido votar? ¿Que le han abucheado? Se ve que ha estado usted en pocos plenos municipales. Yo he tenido que trabajar en plenos en Rivas llenos hasta arriba de militantes del PP con pancartas en las que ponía "Pepe Masa etarra", y gritando e insultando como energúmenos. Yo lo digo hoy en mi blog: les va en el sueldo (y lo del sueldo es una forma de hablar). Y no recuerdo que el PP condenara aquellos época tan tensa los plenos que le cuento.

Lo demás, son especulaciones suyas, y no es obligatorio, ni política, ni legalmente condenar nada. Y menos cuando no ha pasado nada.