martes, junio 01, 2010

VIDA INTERIOR/51: ARIZONA

¿Quién de nosotros no tiene una vida interior muy grande? ¿Y qué poeta no nos la cuenta una y otra vez? En esta sección mi alma se desnudará. Incluso he comprado una nueva para tenerla más grande. Porque, en el fondo, yo también quiero ser feliz

Para aquellos que como yo admiran el cine del oeste, el desierto de Arizona es un lugar mítico. De hecho, uno siempre ha querido ir allí, al Monumental Valley -John Ford es el mayor artista del siglo XX- y al Gran Cañón del Colorado. Cosas de aquellas películas de Primera Sesión –chiste privado para los viejos-.
Un sueño.

Las autoridades de Arizona han dictado una ley por la que la policía puede parar a una persona de acuerdo a sus características físicas para pedirla la documentación –o sea: pararán a los que sospechen sean inmigrantes ilegales- y considerando la inmigración ilegal un delito. Yo me alegro de no vivir en EEUU, un estado sin duda fascista. Qué asco.

El otro día iba por los pasillos del metro de Madrid, en concreto la estación de Diego de León. Y al girar una esquina me topé con dos policías nacionales. Yo pasé. Al señor que venía detrás le pidieron la documentación.

Me sentí en Arizona. Y mi sueño, cumplido.

3 comentarios:

iker dijo...

John Ford era muy grande, pero también digno de vivir en la Arizona que describes... Mucho mejores aquellos duros de los años 20, fumando tabaco sin filtro, que comenzaban a darnos la palabra: ¿un tenis, quizá?

Unknown dijo...

Me encanta la forma que tienes de denunciar un tema empezando con algo que aparentemente no tiene nada que ver.

Por cierto, a mí también me gustan los Westerns, a ver si comento alguno en mi blog...

Lo cierto es que me enganché con "Pat Garrett & Billy the Kid", sobre todo por la escena en la que Suena Knocking on Heavens Door de Bob Dylan, que tampoco actuaba nada mal.

¿Me puedes recomedar alguna? Es que es un género tan amplio que muchas veces no me decido,y al serlo habría que separar las "joyas" de la "basura".

Anónimo dijo...

John Ford? Curiosa predilección por una estética fascista fundada en una ética cristiana puritana ultraconservadora y en una política reaccionaria liberal y militarista.
Vamos, marxismo del de toda la vida, el suyo...

(En plan épico el Kubrik de Espartaco era estéticamente más depurado e ideológicamente más profundo y digno que el fanfarrón macarthista de John Ford, de hecho de éste sólo me interesan esas pelis de tema irlandés cuando decide reinventarse su infancia.)

De todos modos, si le interesa el western, la esposa de un amigo ha escrito una historia de esta forma narrativa a través de la historia y su relación con la sociedad americana década a década. Está editado por la Complutense.

A modo de contrafuego queer y postmoderno está "El hombre que se enamoró de la luna", una novela en clave de western donde ustedes los amigos de John Ford son por fin los malos.