jueves, enero 31, 2008

CUENTA ATRÁS/4 : EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 14-30 (y con admiración a Pasolini)

Como empresa privada que es la Iglesia Católica tiene todo el derecho del mundo a exhortar a sus accionistas, socios e incluso abonados -la mayoría lo son además desde pequeños- para que voten en un sentido o en otro. Como empresa privada que es, además, es lógico que la Iglesia Católica defienda sus inversiones económicas y negocios y pida el voto para el partido que mejores condicIones le ofrece.

Lo que ya no resulta tan claro es que el mismo grupo de pastores -y tal vez en esa baja cualificación profesional para los tiempos que corren esté el problema- que deja campar a sus anchas a Setién sin nunca criticarle , a la institución eclesial vasca y que nunca se haya preguntado la causa de que no haya un solo clérigo entre las víctimas de ETA se ponga ahora tiquismiquis con la organización terrorista. Esa es la parte que no entendemos.

Aunque, volviendo a pensar desde la recta razón, quizás sea porque el negocio pesa más que la ética. Y Dios proveerá.

3 comentarios:

Un Oyente de Federico dijo...

Estoy de acuerdo con Ud. eso de que todo el mundo pueda creer en lo que quiera y encima poder votar, es un incordio y una ordinariez.

Bastante tenemos con tener que soportar que voten las mujeres. Pero eso ya se está en proceso de adecuar, en los congresos de la “Alianza de Civilizaciones Antisemitas (ahora se dice antisionistas)” y en breve la mujer no votará o votará lo que le diga su amo.

Y los hobres que voten sólo los “eticamente superiores” de Zapatero y los que hayan pasado por un ciclo de tarapias de “Reeducación para la ciudadanía”.

Y los judios que no puedan votar nunca.

Que ya está bien de tonterías. Que les das la mano y te cogen el brazo.

Anónimo dijo...

Buenos días, Don Epé, que hacía mucho que no me pasaba yo por aquí a escribir; pero que conste que suelo leer con atención sus ocurrentes ladrillos.

En esta cuestión le noto a usted con un poco de resquemor, cuando de lo que se trataba era de defender la libertad de expresión sin mezclar churras con merinas. Me recuerda usted al "algo habrán hecho" de la inconsistente conciencia vasca.
¿o no se trataba de salir en defensa de la libertad de expresión y en contra del uso coercitivo del estado contra las personas, sino de aprovechar para llamar la atención sobre la extendida afición de la Iglesia hacia la pedofilia y el acúmulo de bienes?

Ándese con cuidado, Don Epé, que por cosas como éstas y como funcionario público que es, bien podría alguien en el gobierno reconsiderar su situación laboral y modificarla al gusto (al de ellos).
Que a los curas ya se lo han dicho.
Es que como Don Oyente ha dicho, eso de cada cual pueda pensar, decir y votar a quien le de la gana es una vergüenza.
Menos mal que nos quedan los titiriteros para recordárnoslo.

Sabiopelotas Numbertwo

Enrique P. Mesa García dijo...

Sólo dos cosas:
1.- No dudo que la iglesia tenga derecho a decir lo que quiera. Lo que no debe olvidar es que el resto tenemos derecho a criticarla y decir que decir tonterías.
2.- Lo de la pedofilia no lo entendía así que me puse a pensar y creo que sé cuál es el problema. Cuando hablo de socios "desde pequeño" me refería al bautizo de niños, no a otra cosa (creía que quedaba claro en el contexto, seguramente me equivoqué). De todas formas, me niego a defender la idea de que una defensa no pedida implica una acusación manifiesta.