jueves, mayo 31, 2007

UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN (post)ELECTORAL/1

Yo es que, frente al amplio espectro, tardo un poco en reflexionar. Soy lento. Por eso he esperado para comenzar siquiera a plantear una ligera reflexión sobre los resultados electorales del pasado domingo. Y creo que hay algunos puntos de interés que sobresalen sobre otros que son los que enumeramos aquí, por cierto no necesariamente en orden de importancia, y que intentaremos desarrollar en sucesivos artículos.

En primer lugar, los resultados generales. Es interesante comprobar que hay más votos para el PP que para el PSOE. Sin embargo, en el recientísimo, algo bueno debe resultar ser lento, resultado del CIS, relativo al voto de abril, el PSOE aventaja al PP en voto. La pregunta inmediata sería por qué.

En segundo lugar, y tema fundamental quiera o no la autoproclamada izquierda, el hundimiento del PSOE, y el no arranque, por cierto, de IU, en Madrid.

En tercer lugar, las condiciones en las que se ha desarrollado la campaña y la votación en el País Vasco y el retroceso en la libertad que ello, gracias por cierto a la política de Zapatero, significa. Unido a este, el problema de ANV.

En cuarto lugar, el tema de Navarra. Y de nuevo, ANV. Por cierto, si es un partido más, ¿por qué no pacta el PSOE-PSE con él? ¿A ver si al final es Batasuna/ETA?

En quinto, y un tema al que parece se le da poca importancia, que Cataluña vuelve a protagonizar un altísimo nivel de abstención.

Y sexto, pero como dirían los ingleses, no menos importante, la definitiva consagración, con declaraciones del inefable Llamazares incluidas, de IU como mero satélite del PSOE.

Creemos que estos temas son los puntos básicos, que no los únicos de las pasadas elecciones. Y nos proponemos analizarlos.

Ya saben, en uno, dos o tres ladrillos.

lunes, mayo 28, 2007

EL CONTENIDO DE LA FELICIDAD.

¿Queremos ser felices? Es una pregunta extraña pues parecería que la respuesta inmediata sería que sí, claro, cómo no. Pero las respuestas inmediatas sueles tener errores graves. O al menos estar llevadas por la imprecisión. Y también, muchas veces, las preguntas suelen ser erróneas.
¿Debemos ser hoy felices? O, mejor aún, ¿podemos y debemos ser hoy felices? La respuesta seguirá siendo, a primera vista, la misma; sí claro, por qué no. Pero la imprecisión ya no estará en la pregunta sino, tal vez, en quien responde.

La idea de felicidad se suele relacionar con la vida privada, con el mundo interior de la persona. Así, la felicidad se convierte en una relación entre la expectativa del pensamiento, lo que espero que ocurra, y la realidad, lo que ocurre realmente. Hay así un principio epistemológico (de forma de conocer) que subyace: la necesidad de una adecuación entre dicha forma de pensar, como subalterna, y el mundo, como dominante. De esta forma, y de acuerdo con esta teoría, el sujeto que piensa debe adecuarse a la realidad circundante. Esto lo han entendido muy bien los libros de autoayuda cuando prometen la felicidad con el cambio meramente en la representación del mundo, en la perspectiva con que el sujeto lo ve. El problema así estaría en la forma de ver la realidad y con cambiarla reconduciéndola a lo que el mundo es, con aprender a variar el punto de vista y conformarse, se solucionaría. Se puede ser feliz solo viendo el mundo de otra forma y sin tocar, realmente, la realidad.

La Modernidad, como la filosofía, es triste. Es el intento de superación del conocimiento como adecuación subalterna al mundo, como sentido común. Para la Modernidad, desde Descartes de forma explícita, existe un abismo entre pensamiento y realidad, un abismo entre el sujeto y la realidad externa. Y ese mismo sujeto debe, de algún modo, construir el puente: conquistar la realidad, humanizarla. Es el sueño, y la desgracia, de D. Quijote y de Hamlet: poner orden en el mundo. Surge así un conflicto que va más allá de la propia interpretación del individuo. Éste pierde su carácter subalterno y se transforma en sujeto, es decir, en acción: el mundo no satisface al sujeto, a la Razón, y debe ser cambiado. Precisamente, es este el germen de la ciencia, del capitalismo y de la filosofía moderna: la insatisfacción ante la pobreza de lo real. Es el germen también de la idea de emancipación.. Y su consecuencia es la infelicidad absoluta y total subsiguiente porque la realidad no satisface la racionalidad.

Por ello, cuando la burguesía decimonónica conquistó el poder intentó transformar a D. Quijote. La tragedia desgarradora, la inadecuación entre el sujeto y el mundo, pasó a ser drama conciliador, la vida hermosa de un soñador como todos somos en el fondo: de la injusticia del mundo externo se pasó al mundo interior, de la revolución a la metamorfosis del espíritu. La felicidad, hasta entonces asunto público y político –no en vano la Declaración de Independencia americana la señalaba como derecho inalienable junto con la vida y la libertad - se transformó en vida privada. D. Quijote, como repiten incansables la mayoría de los profesores de literatura y los ignorantes libros de texto, representaba al soñador, al idealista. Surgió junto al artista bohemio: mientras el movimiento obrero resultaba aún peligroso la burguesía idealizaba, es decir: domesticaba, al trasgresor. El poeta maldito componía versos mientras miraba al mundo con desdén esperando, hipócrita lector/hipócrita escritor, la fama, el dinero y el panteón de hombres ilustres. La felicidad transformada en sentimiento llegó a su apoteosis. Se era feliz siendo infeliz incluso: ya no importaba el contenido. La forma mercancía aplicada a la idea de felicidad, la negativa al contenido concreto, era el presagio del triunfo definitivo del capitalismo, inmenso arsenal de mercancías, como Realidad Absoluta, como Realidad Ontológica. Felicidad falsa.

¿Felicidad falsa? La pregunta que cabría ahora plantearse es cómo es posible hablar de un sentimiento como falso. Si la felicidad es algo que se siente no cabría, aparentemente, señalarla como falsa o verdadera. Pero, decíamos antes que aparentemente la felicidad remite a una relación entre el pensamiento y la realidad. Es feliz aquel que se complace con lo real. Aquel que espera, como deseo, que algo ocurra y entonces ocurre. Pero esta idea de felicidad tiene ese principio epistemológico antes citado: el pensamiento debe adecuarse al mundo. Así, el mundo prevalece y el error no está en la realidad sino en aquel que se empeña en intentar humanizarlo. Es la definitiva renuncia a la Modernidad. Los individuos desean ese repugnante “vivir la vida” que se refiere a la felicidad ante un mundo real que es la negación de la propia vida. Y para ello no dudan en rebajar su subjetividad, de sujetos, a su mera individualidad volviéndose subalternos al mundo real. Y así entre la felicidad más elemental -aquel que sueña con que su equipo gane la liga y lo vive como realización personal- y la aparentemente más compleja -esa gente cargada de una intensa vida interior que sólo se corresponde realmente al prestigio pequeñoburgués por la bohemia anteriormente citada- buscan en los restos del naufragio, como Robinsón Crusoe, algo con lo que sobrevivir en la isla desierta y sin esperanza en que se ha transformado su existencia. Sin pretender ya nada, y ahí se diferencian del mismo Robinsón, para con la isla.

¿Se puede ser feliz? Sí claro. Cualquiera puede serlo con cambiar su punto de vista ante la permanente injusticia. ¿Se debe ser feliz? No. Si es verdad que el pensamiento, es decir: lo propiamente humano, debe prevalecer sobre la realidad, y no al contrario, la única posibilidad es la infelicidad absoluta. Porque la injusticia es la regla. Toda la vida privada, todo ese mundo interior en el que se ampara el individuo asustado ante su propia razón, no es más que enfatizar la realidad de un mundo que ha dejado la humanidad, como en cualquier otra época pero siendo ésta mas culpable, en el estrecho ámbito de las fantasías mentales. Todo ese aire autosatisfecho del que cree que su vida individual tiene un sentido no es más que la falsificación de la mercancía que orgullosa se pasea por el mercado buscando, en verdad y encontrándolo, comprador. Pero, también sería falso pretender la superioridad moral del infeliz. No se trata de que el individuo consciente de su infelicidad, que es la realidad, sea moralmente superior al que no lo es pues es lo mismo objetivamente: mercancía. El trabajo, la fiesta, el ocio, el tiempo para la vida propia, ¿propia?, no son más los momentos de venta de la propia vida cuya única finalidad real es ser mercancía ya en el consumo ya en la producción.

Me gusta imaginar que mi perro es feliz a su manera. Pero no es ni podría ser un sujeto. El mundo le avasalla a cada instante y él busca en su pelota, y cómo para mi perro su pelota cuando intento meterle gol, el consuelo ante la totalidad. Es solo un perro y una pelota, una sola pelota, le puede hacer feliz.

sábado, mayo 26, 2007

HELIOS GUEVARA CASTRO:

IZQUIERDA TRANSFORMADORA O DEL BOTELLÓN COMPROMETIDO

Helios Guevara Castro se ha hecho colaborador de nuestras páginas. Pero, ¿quién es Helios Guevara Castro? Pues un ejemplar único, inclasificable tal vez, de la nueva y autoproclamada izquierda. Superador de Marx y de todas las corrientes etnocentristas, incluyendo la Ilustración, Helios Guevara preconiza el nuevo talante: tonto, muy tonto. Pero de izquierdas.

Ossssseeeeeeeeea.
Chachi y piruli.
Mola mazo ser de izquierdas.
Izquierda rebelde, eso sí.
Nada conformista, eso sí.
Verde, eso sí.
Feminista, eso sí.
Ecosocialista, o algo así.
Y sobre todo,
transformadora.

PUM, PUM, ¿QUIÉN ES?
EL BOTELLÓN COMPROMETIDO,
¡¡AAAABREEEEE


LAAAAAA


MURAAAAALLLLLLLLLLAAAAAAAAAAAAAAA!!

lunes, mayo 21, 2007

UNA DE MULTICULTURALISMO Y SUPERSTICIÓN

Acabo de leer en El País esto:
TITULAR: Zara se disculpa ante los judíos ortodoxos por mezclar lino y algodón en una prenda.
ENTRADILLA: Tal mixtura está prohibida por el judaísmo por ser un "híbrido" que va contra natura.
En un mundo normal, o sea: con gente que piensa y esas cosas, los judíos se disculparían ante el mundo por creer esa estupidez. Pero esto es el multiculturalismo, o sea, la apoteosis de la barbarie y la superstición.

¿SER CRISTIANO (o, tal vez, religioso)?/6

KEPLER Y YO SOMOS ASÍ

Hay una hermosa historia. Kepler estaba entusiasmado con los sólidos platónicos que debían explicar el universo y llevaba años trabajando para explicar el cosmos con ellos. En ninguno de ellos aparecía la elipse: tan vulgar, tan desgarbada. Y Kepler conoció las mediciones de Tycho Brahe sobre los planetas. Aquello no cuadraba. Kepler hubiera podido echar la culpa al observador y seguir a lo suyo. Pero Kepler era raro: se puso a repensar y se dio cuenta de que había perdido su vida hasta entonces. Y dibujó, no sólo en el espacio, una elipse.
Había yo escrito un artículo muy sesudo. Me había llevado mi tiempo. En él buscaba demostrar lo absurdo de pretender poner a Dios como fundamento ontológico de la realidad. Además, en el artículo demostraba mis conocimientos sobre dos materias: ciencia y filosofía. Estaba muy orgulloso y a punto de publicar.
Pero era lo de siempre.
Y ahí surgió una interesante reflexión de mi señora esposa en una comida -fijénse ustedes de que temas hablamos-. Y siguiendo con la reflexión no pude por menos que pensar que todo el artículo no era más que el diccionario de filosofía de Ferrater Mora, por cierto: la mejor obra de filosofía en español que conozco, redivido. Pero sólo eso. Y que no demostraba nada. Por eso, había que reescribirlo. Y reorientarlo.
Paseaba con mi perro, Ethan Edwards –imagino que el único perro del mundo que tiene nombre y apellidos que constan en el buzón de correos y en Marte, créanlo- cuando comprendí algo. No se trata de demostrar el agnosticismo, no hay razones para creer en Dios, ni tan siquiera el ateísmo, no existe Dios, sino algo más: debemos emanciparnos de Dios. Porque la clave de todo, creemos tras repensar, es que Dios y el sujeto moderno son incompatibles. Uno u otro.
Y ahora a (re)pensar y escribir.

martes, mayo 15, 2007

PALETOS CON ROSQUILLA




Hace relativamente poco publiqué aquí un artículo sobre una de esas barbáricas fiestas populares, esta vez en Fuenlabrada, ciudad en que trabajo. Ese artículo, que aún muchos no han perdonado aunque no sé si han leído, se titulaba, de acuerdo a esa concreta tradición, Paletos con tortilla. En la vorágine, pequeña como todo aquí, alguien, con cierta razón, me insinuó que yo no sería capaz de lo mismo con las fiestas de mi ciudad: Madrid. Como no tengo nada más que decir sobre cualquier otra tradición de esas populares y barbáricas que lo ya dicho no voy a aburrirles con otro artículo. Pero sí, porque el argumento, a pesar de ser add hominen -es decir: vinculado al autor del artículo y no a su razonamiento- no era absurdo, tenía que decir algo sobre S. Isidro.
Yo nací en Madrid. Vivo en Madrid. La ciudad más hermosa del mundo que conozco es Roma: le pegas una patada a una piedra y aparece una obra de arte. Madrid me gusta: imagino que el roce hace el cariño y, al final, uno acaba sintiéndose a gusto donde ha nacido. Bueno, así es la vida. Y punto. Pero no me siento madrileño. Ni español. Ni europeo. Ni eso tan cursi de ciudadano del mundo. Me siento, solo, extraño en todas partes.
Hoy es San Isidro. Y en dos semanas, algo menos, hay elecciones. Y hay que rendir culto a lo paleto y barbárico. Arriba, en fotos sacadas de El País, esta la prueba.
¿Votar a alguno? ¿Para eso hubo Ilustración?

lunes, mayo 14, 2007

SANTA IRA (compartida)

Señala muy bien D. Ricardo,
lo siento,
lo siento,
que he faltado a mis obligaciones.
Pues tiene razón. Hay que condenar la violencia etarra con, como él señala, con santa ira.

1-0.- Así que he corrido a la página de IU-EB para solidarizarme en la sin duda campaña que tendrán contra ETA. No la he encontrado porque, sin duda, no sé buscar. Aunque me he podido solidarizar con la “ocupación” israelí y con una cosa del Prestige.

2-0.- Una vez solidarizado con esto e incluso casi firmado contra una incineradora en, imagino, San Sebastián he dejado la página web del partido de la coalición gobernante de derechas.

3-0.- Corro a ver al fiscal general del estado quien ayer dijo textualmente (mala suerte, soy suscriptor):

la Fiscalía va a estar muy atenta respecto a cual es el comportamiento de los líderes más notorios de Batasuna durante la campaña electoral y con posterioridad, habida cuenta de que estos dirigentes han dejado claro que ANV no era su opción. Pero si se manifiestan de manera que ANV es su opción, naturalmente este comportamiento podría ser un indicio adicional para su futura ilegalización o incluso para su suspensión por la vía pena

Pues resulta que Batasuna va y lo hace. Espero ansioso la acción del gobierno autoproclamado progresista. No dudo de que el fiscal independientemente del interés electoral lo hará.

4-0.- Una vez todo esto, y vista la acción contra IU-EB y la libertad por parte de Batasuna y ETA corro al blog de D. Ricardo para disculparme. Y leo esto . Y vuelvo a leer: la culpa de lo que ha pasado esta mañana, patada incluida, es del PP. Y me doy cuenta de que efectivamente soy un miserable si no digo lo que debo.

5-0.- ¿Condeno la acción de Batasuna contra la sede de Iu-EB? Bueno, yo siempre la he condenado. Así que otra vez, sí. Son terroristas y deben ser desterrados de la sociedad. Desde aquí nuestro apoyo a los militantes de IU-EB.

sábado, mayo 12, 2007

HARRY EL SUCIO Y EL BUEN DIOS

Hay una presencia extraña en, por otro lado estupenda película, Harry el sucio. Durante toda su metraje, en los tejados de la ciudad aparece un anuncio (ya solo eso): Jesus save (Jesús salva). Pero al final debe ser Harry, el sucio, quien lo haga.
Hoy el papa Benedicto XVI en Brasil ha advertido a los traficantes de drogas: “Dios os pedirá cuentas”.
Mientras el buen dios cristiano pospone separar el trigo de la cizaña al momento de la siega después de crecer juntos (Mateo, 13, 24 y ss.), el insensible Harry decide actuar ya.
Es un buen dilema.

miércoles, mayo 09, 2007

ALGO QUE LEER EN VERANO ( o Cómo se hace una tesis de verdad)

Hacer una tesis doctoral es difícil.
Uno tiene, normalmente, que conseguir no trabajar, o sea: ser explotado en la producción, el máximo de tiempo posible mientras vive de una beca y no hace nada. Bueno, a veces uno debe llevar algún maletín, pero no fue mi caso: yo no hice nada. Literalmente.
A su vez, uno tiene que tener una idea. Tampoco es fácil. Y encima esa idea tiene que ocupar, quién sabe, un mínimo de unos 200 folios. Prueben ustedes a escribir sus teorías: una línea, tal vez una subordinada. Poco más. Se trata entonces de repetir.
Y cuidar los márgenes.
Y el tipo de letra.
Encima hay que ser original. Bueno, esto menos. Uno cita,
y cita,
y cita,
y, de vez en cuando, dice algo que se le ocurrió
para volver a citar en seguida.
Además hay que contar con un director de tesis. Alguien culto, interesado por el alumnado, buen profesor, … Bueno, o cualquier otro.
Ya lo hemos dicho, pero los márgenes son importantes. Amplios pero discretos. Y, que nadie lo olvide, el tipo de letra. Y la configuración de página.
Un buen tribunal forma parte del futuro del conocimiento. Por eso, es la universidad, vale que sea.
Y por fin, y esto es fundamental, tiene que haber un doctorando que demuestre que lo suyo no es meramente un trámite administrativo. Una persona con ideales, que ame su carrera, que busque, por encima de cualquier otro hecho, el avance de la Razón. Una persona, en fin, comprometida con la propia Ilustración.
Por encima de todo.
Cobro 66, 24 € más al mes gracias a que soy doctor pues te dan 5 puntos por ello en el concurso de traslado. Y eso me sirvió para ser jefe de departamento de un instituto de secundaria. Otro trabajo clave, y lleno de servidumbres personales, en el progreso de la humanidad.
¡Cuánto trabajo!
Pero todo sea, ya lo saben ustedes, por el desarrollo de la emancipación, esto…, ¡ah, sí!, humana.

lunes, mayo 07, 2007

MIS ALUMNOS ME CRITICAN (otra vez)

Como ya decíamos el curso anterior, los alumnos son usuarios de un servicio público. Tienen, por tanto, derecho a la crítica sobre cómo se presta dicho servicio. Y, como son alumnos, se les debe enseñar a criticar.
Algunos principios básicos deben ser:
Hay que distinguir lo personal de lo objetivo (no se critica si me cae bien o mal, sino su trabajo)
La crítica debe ser firmada y conocido quien critica, pues la persona criticada debe, a su vez, tener derecho a la defensa.
La crítica debe estar razonada. No sólo debe constar qué está mal, sino la causa por la que se considera que eso está mal e igualmente la razón, si la hubiere, por la que podremos felicitar algún aspecto de su labor.
La crítica debe ser respetuosa con las personas. No se puede ni se debe insultar. Ello no quiere decir, por supuesto, que la crítica no pueda ser totalmente negativa. Se critica la labor profesional, no la persona concreta.
La crítica debe ser libre.
Así, los alumnos tienen derecho a criticar a sus profesores. ¿Quiere esto decir que los profesores debemos estar de acuerdo con las críticas de los alumnos? No, pues sus críticas pueden ser absolutamente erróneas. Pero, de igual modo, pueden ser acertadas y correctas. E incluso, pueden ayudar a conocer qué opinan los propios alumnos de nuestra labor en el aula (y fuera de ella cuando venga a cuento). Y, si consideramos que puedan tener razón, permitirnos cambiar ciertos aspectos de nuestra docencia.Con todo esto, mis alumnos han tenido que escribir una crítica de mis clases (Ética de 4º de ESO y Filosofía I de 1º de Bachillerato) en el blog que les mandé abrirse. El presente enlace permite llegar hasta la lista de sus blogs y, una vez allí, podrán leer sus artículos. Me he abstenido esta vez, considerándolo lo correcto, de hacerles comentarios.

miércoles, mayo 02, 2007

EL DOS DE MAYO

Hoy se celebra el día de la comunidad de Madrid. Si Madrid tuvo siempre algo hermoso fue que nadie se sentía de aquí. Madrid era un sitio raro, sin pasado y sin, gracias a Dios, tradiciones asfixiantes. De hecho, sus chulapos y chulapas fueron instaurados definitivamente por un alicantino, sus majas y majos no eran más que aristócratas jugando a ser pueblo y su baile era una danza centroeuropea. Madrid no tiene ni una identidad desde el principio, ya saben que primero fue la patria vasca y luego el big bang, ni tampoco, y tan siquiera en el colmo de la pobreza identitaria, es una realidad nacional. Así, ser de Madrid, afortunadamente, no era ser de ningún sitio. Y eso nos hemos ahorrado en boinas caladas, tonterías del nacionalismo siempre paleto y entrecejos poblados.
Pero hoy se celebra la fiesta de la comunidad de Madrid. Ya se sabe que toda comunidad, de aquello que antes se llamaba España y ahora estado español, tiene que tener una bandera, la de Madrid parece la de un gran almacén o el logotipo de una marca de coche, y un himno, nadie se sabe el de Madrid aunque quizás se acabe enseñando en la escuela en educación para la ciudadanía quitándole horas a la Filosofía, por ejemplo. Por eso Madrid tenía un aire de no existencia muy gratificante, nadie se siente madrileño: solo somos de aquí como podíamos haber nacido en cualquier otra parte. En definitiva, nos da igual.
Sin embargo hoy se celebra el día de la comunidad de Madrid. Y se celebra nada más y nada menos que un 2 de mayo. ¿Y qué pasó un 2 de mayo? Que un hatajo de analfabetos que habían soportado sin pestañear a los monarcas absolutos se lanzaron contra los franceses porque se llevaban al infante. Por supuesto sería falso reducir la Guerra de la Independencia a eso, en realidad una guerra civil, cuando fue el intento de una revolución fracasada. De hecho, la guerra de la independencia la perdieron los españoles en un doble sentido: por un lado, porque mejor hubiera sido que se quedara José Bonaparte a que volviera, lo que ocurrió, Fernando VII; por otro, porque los liberales revolucionarios, representados en la constitución de Cádiz, fueron diezmados y expulsados del país con la ayuda precisamente de otra invasión francesa: los cien mil hijos de San Luis. ¿Hay pues que celebrar algo?
Claro, cada comunidad debe tener una copla, se llama himno y lo sabes, un trapito, se llama bandera, y una muestra de analfabetismo propia a la que se llama tradición. Y la gente debe sentirse unida a esos elementos como a su equipo de fútbol o a su marca de champú. Pero Madrid es, al menos era, rara. Ni había conciencia paleta, o sea: nacionalista, ni, aún aunque no lo crean, la hay. Seguimos sin saber el himno y sin diferenciar la bandera de la del carrefour o el corte inglés. Por ello, tal vez, se debería haber puesto la fiesta de la comunidad un día especial, un 29 de febrero por ejemplo. Acorde a nuestro sentimiento nacionalista inexistente y que, por cierto, nos llena de gozo.