domingo, septiembre 18, 2005

EL NUEVO PERIODISMO Y LA MINISTRA.

Cuenta la leyenda que Kant escribió su Crítica de la Razón Pura tachando y anotando el libro del filósofo Wolff, con el que impartía su clase en la universidad. Así, las acotaciones de Kant sirvieron para generar un giro copernicano. Hoy domingo, el diario El País publica en su última página una entrevista a la ministra de Cultura. Es una muestra del nuevo periodismo, es una muestra de la nueva política. Nuestras acotaciones (en rojo) ante tamaña muestra intelectual no pretenden tanto como lo que hizo Kant sino, si acaso, continuar con la pose Vogue.

Pregunta. ¿Cómo calificaría su gestión de 1 a 10?
Respuesta. Con un 7,5
(primero, la modestia)
P. Notable. ¿Medita con frecuencia sobre su buen hacer y perfección?
R. Pienso muchísimo, muchísimo (eso está bien. Se va a notar). Dicen algunas personas que soy atrevida, pero es que cuando pienso mucho las cosas y encuentro la certeza, me muevo poco, porque pienso mucho
(al final no se sabe si el periodista no sabe escribir, probable, o la ministra no se explica, también probable).
P. ¿Qué ha visto Zapatero en usted?
R. Yo creo que veteranía -ocho años de gestión en Andalucía-, pero con las ideas muy en la actualidad. Quizá esa mezcla de lo nuevo y lo experto
(lo viejo y lo nuevo era una película de Einsenstein. Lo nuevo (¿qué es lo nuevo?) y lo experto debe ser una campaña de publicidad.)
P. Creo que se encanta. Y que en cultura se atribuye casi todo, menos haber pintado Las Meninas.
R. Es que he hecho muchos esfuerzos en mi proceso de crecimiento (eso está bien). Y soy bastante segura de mí misma(¡mejor mnistra!). Aunque tengo un nivel de autocrítica bastante grande
(lo habíamos notado).
P. ¿En qué ha metido la pata?
R. Creo que en ser muy transparente (¡Toma autocrítica!). En política hay que tener más truco.
P. Se olvida del prometido descenso del IVA de discos y libros.
R. Pues eso. Podía haberlo dicho siete meses más tarde. En este tiempo hemos conseguido que ya 20 ministros europeos estén de acuerdo
(¿también podría/debería haber dicho esto siete meses más tarde?).
P. Luego, suspendió la retrospectiva de Manolo Blahnik.
R. Ahí quise ser elegante con mi antecesora, que cuando ya se iba firmó un acuerdo que económicamente no era sostenible
(obsérvese qué elegancia. Es tan elegante que deja claro que su antecesora despilfarró el dinero).
P. Y eso que usted tiene zapatos de Blahnik, como Carolina de Mónaco o Madonna.
R. Tengo unos que me ha regalado un periodista amigo de Sevilla. Pero nunca me he comprado unos blahnik
(¿y?).
P. Inefable lo suyo cuando un diputado aludió a usted en latín -"Calvo dixit"- y usted creyó que la comparaba con los ratoncitos Dixie y Pixie.
R. Sé más latín que pelos tengo en la cabeza (la elegancia va en aumento). Hice siete años de latín y cuatro de griego. Le contesté en andaluz (¿cuántos años hizo?) . Los andaluces somos muy juguetones con el lenguaje. Tendrían que haberme visto la cara que puse
(¡que la repita!,¡ que la repita!).
P. Jure que no compra ni un disco en la manta.
R. Lo juro delante de todo el santoral. Y al Gobierno lo tengo firme firmísimo
(¿con el santoral, con la manta o con qué?).
P. ¿Tiene incontinencias, aparte de la verbal?
R. Sí, sí: comprarme libros y zapatos (obsérvese esta contestación para luego). Y yo no sé si hablo mucho o si lo que digo a muchas personas las hace pensar (a mí mismo, ministra) y las incomoda
(no se preocupe, ministra. Doy la ESO, me adapto rápido al nivel).
P. Creo que hasta el presidente ha tenido que llamarla al orden algún viernes.
R. Nunca. Yo en el Consejo de Ministros intervengo de manera muy medida (o sea, otras veces no y ahí sí. Pues imagino que debería ser al revés. Allí diciendo lo que cree y luego en público asumiendo su papel de ministra). Ha ocurrido, pero a otra ministra (acusica). El que habla sin parar, aunque muy bien, es López Aguilar
(en andaluz: pesao).
P. "El rock es un modo de vida". ¿Cómo lo aplica al ministerio?
R. El rock significa una manera limpia y crítica de mirar las cosas (¿?). Así procuro que nos planteemos aquí los temas.
P. ¿Quién es el más rockero del Ejecutivo?
R. Pues tenemos dos guitarristas en el Gobierno: los ministros de Interior y de Justicia
(¿y palmeros cuántos?).
P. ¿Al presidente le ve más heavy metal o más Dúo Dinámico(yo no entiendo la comparación)?
R. Más heavy metal, en el fondo, porque afortunadamente para todos tiene muy claras las ideas (es lo bueno de tener pocas). Aunque es más de la música clásica, porque vive con Sonsoles, que se dedica a eso
(o sea, que si “viviera” con otra le gustaría otra cosa. Decidido: no tiene tanta personalidad como la ministra).
P. ¿Cuál de los dos vicepresidentes la tira más de las orejas?
R. Con María Teresa me llevo muy bien, y a Solbes le tengo especial simpatía, porque me gustan su carácter y su sorna. Nos entendemos en un metalenguaje de sonrisas (mientras no apliquen una deconstrucción de gestos o una hermeneútica de la mirada…) .
P. Cuénteme su odio africano con Magdalena Álvarez.
R. En el Gobierno andaluz tuvimos discrepancias políticas, de trabajo, importantes. Pero en lo personal nos respetamos
(algo normal. Probabilidad pura).
P. ¿Cuánto le importa la moda?
R. Como ministra, mucho; como persona, menos, porque estoy harta de esclavitudes
(aquí, aquí. Si compra tantos zaptos, ¿dónde los compra? ¿En Los guerrilleros? Y luego la frase terrorífica: ¿si la moda es una esclavitud debe defenderla? Pues menuda actitud cívica y moral).
P. ¿Qué le pone el cuerpo contento?
R. A mí... las nubes. Ver pasar nubes es lo que más me gusta en este mundo, lo que más me expande a mí el espíritu
(¿no serán gases?)
P. ¿Cómo juzga su imagen?
R. Pues yo creo que parezco más joven de lo que soy (depende de su edad), y una mirada rápida puede decir: "Mira qué contenta está ésta del lío lío". Pero yo me paso el día entero trabajando (pues no lo aprovecha casi nada). Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida (menos mal. Con lo que cuesta ir de tú o de él, por no decir de nosotros sólo al alcance de unos pocos desequilbrados mentales) . Soy una tía a la que no doblan (así habla una ministra de cultura) . Yo no renuncio a mis vaqueros (eso es tener convicciones) ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo.

Esperemos que sea usted pronto, señora ministra.

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